Nota: La fiebre del Valle y la COVID-19 comparten muchos de los mismos síntomas, como fiebre, tos, fatiga y dolores corporales. Si tiene estos síntomas, aíslese de los demás y comuníquese con su médico de inmediato. Se necesitan pruebas de laboratorio para saber si los síntomas son causados por COVID-19 o por la fiebre del Valle. Por lo general, la fiebre del Valle se diagnostica mediante un análisis de sangre, pero la prueba de laboratorio para COVID-19 utiliza una muestra respiratoria de la nariz o de la garganta.

Resultados

• 

  La mayoría de las personas que tienen fiebre del Valle se recuperan por completo y no vuelven a contraer la enfermedad. Muchos de los síntomas de la fiebre del Valle pueden desaparecer al cabo de unas semanas. Algunos síntomas, especialmente el agotamiento, pueden tardar más en desaparecer y, en algunos casos, durar varios meses.

• 

  Un pequeño porcentaje de las personas desarrolla infecciones a largo plazo en los pulmones u otras partes del cuerpo, como los huesos o las articulaciones. En casos poco comunes de enfermedad diseminada, en los que el hongo de la fiebre del Valle se propaga fuera de los pulmones hacia otras partes del cuerpo (como el cerebro), es posible que una persona necesite tratarse con medicación durante el resto de su vida. La fiebre del Valle grave puede ser mortal, pero es muy poco frecuente.

• 

  Si una persona ya tuvo fiebre del Valle, su sistema inmunitario probablemente la proteja de volver a contraer la enfermedad. Si bien es poco común, algunas personas que ya tuvieron fiebre del Valle podrían volver a contraer la enfermedad si su sistema inmunitario se debilita debido a ciertas afecciones médicas (como cáncer) o por tomar determinados medicamentos, como los que se indican para el cáncer, el trasplante de órganos o por una enfermedad autoinmune.